Protección frente a cualquier elemento.
Nos gusta hacer vida en el exterior; y si es en una terraza de bar, aún más. El sol, el aire, las charlas entre amigos… son elementos que han hecho de las terrazas de restaurantes y bares el centro neurálgico de la actividad del local.
Conscientes de ello, muchos establecimientos ofrecen un plus de confort en sus veladores al añadir paravientos a las terrazas. Más allá de un elemento esencial de protección frente a corrientes de viento, los paravientos para hostelería son un elemento que aísla la contaminación de la ciudad para preservar una atmósfera limpia, pura y agradable.
Terrazas más confortables y estéticas.
La paravientos -bien sean fijos (Aure), plegables (Plega) o extensibles (Extenda)-, acotan y delimitan el espacio de la terraza, muy útil cuando varios locales comparten espacio en una plaza o calle. Además, amplían las zonas confortables (y, por tanto, rentables) de cualquier local.
El viento trae consigo partículas (hojas, polvo, arena, suciedad…) e incluso puede mover de una mesa a otra objetos como servilletas o la misma cuenta. Los paravientos disminuyen a cero estas situaciones incómodas para crear una estancia en la terraza más placentera. Así mismo, contribuyen a tener limpia la terraza sin que se acumule la suciedad de la calle.
Los paneles de vidrio de los paravientos Kauma amortiguan la contaminación acústica de las calles más ruidosas. Siempre salvaguardando las vistas y la sensación de estar al aire libre.
Estéticamente, los paravientos son una pieza de diseño. Sirven para mejorar la apariencia de cualquier terraza y se convierten en un elemento atractivo y de distinción. Una terraza con paravientos llama la atención e invita a pasar un rato agradable disfrutando de un café o una buena tapa.
A estas ventajas se le suma una cuestión normativa. Los paravientos cumplen con las ordenanzas de suelo público y, por lo general, basta con la propia licencia de veladores para instalarlos. En cualquier caso, los paravientos portátiles pueden recogerse cuando la terraza esté cerrada, como sucede con mesas, sillas o estufas.
Aprovechar la terraza todo el año.
En muchas ocasiones, las terrazas están vacías durante periodos largos de tiempo por cuestiones meteorológicas: viento, frío, calor… Gracias a los paravientos, los agentes incómodos del tiempo se mantienen a raya en beneficio del hostelero. Y es que, una terraza confortable es sinónimo de mayor rentabilidad del negocio: aumentar el espacio útil de los clientes por más meses.
Si los combinamos con sistemas de techo como Tactic 120 o Tende 100, los paravientos multiplican su capacidad protectora. En definitiva, los paravientos son un modelo de inversión en el negocio que disfrutan los clientes y recompensa al hostelero.