Las pérgolas bioclimáticas se han convertido en una herramienta cada vez más empleada en la actualidad, tanto en hogares como en oficinas. Como bien indica su nombre, se trata de un tipo de arquitectura que trata de aprovechar el entorno y las condiciones climáticas para sacar el máximo rendimiento. Pero no solo se trata de aprovechar la iluminación solar o la vegetación, sino también de que las precipitaciones no te fastidien un día de trabajo o una tarde en tu terraza. Es por ello que en las siguientes líneas procederemos a explicarte cómo actúa una pérgola bioclimática con la lluvia.
Utilidad de las pergolas bioclimaticas
Son, al fin y al cabo, elementos arquitectónicos que te facilitan el aprovechamiento de tus zonas exteriores. Además de ser estilosas y combinar con prácticamente cualquier material y superficie, cuentan con una increíble característica, la de ampliar un espacio habitable y sin necesidad de acometer obra alguna.
Una pérgola tiene la capacidad de convertir un espacio de tu terraza o patio azotado por el sol y el calor en un anexo de la vivienda. O ampliar tu zona de trabajo, facilitándote un entorno más agradable e inspirador al aire libre y que, encima, te protege de la lluvia o nieve.
Entonces, ¿las pérgolas también son para el invierno?
¡Claro que sí! Son ideales para todo el año y todas las estaciones. La tecnología de sus baldas permite que se puedan ajustar para dejar entrar más o menos sol, o cerrarlas por completo en caso de que la lluvia haga acto de aparición. Las baldas de nuestras pérgolas bioclimáticas pueden girar desde 0° hasta 135, teniendo un control absoluto según el clima.
Con este innovador sistema, puedes regular la intensidad de luz dentro de la estructura, así como protegerte del viento y otras inclemencias climatológicas. Imagina los inspirador de una postal otoñal desde tu terraza para trabajar, sin pasar frío y con tus baldas cerradas para que las precipitaciones no te molesten. No suena nada mal para trabajar, ¿verdad?
¿Y a dónde va a parar el agua?
Es otra de las grandes preguntas que suscitan las pérgolas bioclimáticas, y de nuevo la respuesta la encontramos en la tecnología de estas ingeniosas baldas. Estas poseen la capacidad para recoger las aguas provenientes de las precipitaciones y las redirigen hacia un punto de evacuación que está integrado en la estructura.
Una vez el agua llega a este canalón perimetral, tiene dos formas de salir. O bien por un desagüe libre, o por la solera. En la primera opción el agua pluvial se expulsa por los pilares que conforman la superficie, mientras que en la segunda se reconduce hacia las tuberías de desagüe que se encuentra en el tejado.
El sistema inteligente de las pérgolas
Esta estructura cuenta con una serie de sensores que detectan las precipitaciones, el viento o un descenso de temperaturas, dando comienzo a un proceso automatizado para que se cierren las lamas en caso de lluvia, o que se abran ligeramente cuando empiece a hacer calor.
Con un sistema como este, no tendrás que preocuparte por nada, puesto que su tecnología está optimizada para adaptarse al clima y actuar en consecuencia, haciendo más agradable tu estancia en tu terraza o en tu oficina.
Como puedes ver, estas estructuras son perfectas para ampliar tu zona de trabajo o ganar unos metros a tu terraza. El control que ejercen las pérgolas blioclimáticas sobre la lluvia, el calor o el viento entorno son inigualables, y lo mejor de todo es que no es necesario acometer obra alguna para disponer de un espacio habitable más en tu vivienda u oficina.